El sensor de temperatura del refrigerante o el sensor de temperatura del motor sirve para medir la temperatura del motor. Habitualmente, el sensor es un termistor, es decir, un componente electrónico cuya resistencia disminuye al aumentar la temperatura.

La resistencia puede ser medida fácilmente, y sobre su base determinar y visualizar la temperatura. Debido al sensor de temperatura del refrigerante, el conductor siempre sabe la temperatura del motor. Esto es muy importante para evitar el sobrecalentamiento. Además, con la ayuda de un sensor de temperatura del motor se puede regular la cantidad de combustible. El motor caliente consume menos gasolina que el frío. Si el indicador de temperatura muestra valores absurdos, lo más probable es que el sensor de temperatura del refrigerante se haya estropeado. Si no indica nada, posiblemente, se deterioró el indicador o se desprendió el cable.

En cualquier caso, es necesario efectuar inmediatamente la reparación, ya que el sobrerecalentamiento puede provocar graves consecuencias. El sensor está generalmente instalado en la culata del cilindro.

Lo más difícil para un conductor sin experiencia es encontrar el lugar exacto del sensor. El reemplazo no presenta ninguna dificultad y puede realizarse muy rápidamente.

Se necesita desconectar los cables, después, destornillar el sensor defectuoso e instalar otro nuevo y, finalmente, conectar los cables. De regla, se necesita limpiar los contactos, sobre todo si están cubiertos de herrumbre.

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Cómo detectar fallos en el funcionamiento del sensor de temperatura del refrigerante

El valor de la temperatura que muestra el sensor debe ser igual al de la temperatura del motor. Si el sensor indica una temperatura alta cuando que el motor está frío y baja temperatura cuando el motor está caliente, entonces está defectuoso. Se utiliza un voltímetro para realizar la comprobación de la tensión del sensor. El valor del voltaje de la pieza en frío debe ser de 3V de media. El voltaje debe disminuir hasta 0,5 V si la temperatura sube. Si durante una revisión se detecta que el nivel de tensión es superior a lo normal, quiere decir que no está conectado a tierra. Si el valor es cero, entonces quiere decir que no hay tensión de entrada o que el cableado tiene un cortocircuito.

Se sabe cuando el sensor de temperatura del refrigerante requiere de una revisión por los siguientes indicios:

• si el consumo de combustible aumenta significativamente;
• si la cantidad de dióxido de carbono en los gases emitidos es superior a lo normal;
• si el arranque del motor presenta problemas;
• si el motor funciona de manera inestable;
• si la resistencia eléctrica de la pieza ha subido;
• si las revoluciones por minuto a ralentí han subido.

También el sensor debe ser revisado si el motor se calienta más de la cuenta o si fue cambiado anteriormente.

Causas del fallo del sensor de temperatura del refrigerante

El sensor de temperatura del refrigerante funciona bajo condiciones extremas. Está constantemente expuesto a las sustancias químicas que tienen un efecto pernicioso, también a variaciones de tensión, temperatura y a vibraciones. Los componentes más vulnerables del sensor son los cierres, las juntas y el cableado.

Con el tiempo, las juntas de goma que están en constante contacto con el líquido refrigerador, pierden sus características iniciales porque pueden desgastarse, agrietarse y por esto dejar de cumplir su función.  La disminución de hermeticidad del sistema de refrigeración del motor se traduce en muchos otros fallos, si detectamos cualquier rastro de líquido de refrigeración cerca del sensor, éste debe ser reemplazado de inmediato. A veces, los cierres sufren daños causados por errores en el proceso de instalación, por ejemplo, el exceso presión en el par al atornillarlo, puede producir un exceso de separación entre la parte principal de la pieza y su punto de asiento.

Los clips y los contactos de las piezas son muy propensas al daño por corrosión. También podrían romperse por cambios de voltaje en el circuito eléctrico o a causa de un cortocircuito.

Lo que ocurre en algunos casos es que el sensor se rompe casi inmediatamente después de su instalación. Generalmente esto está provocado por defectos de fabricación o por el uso de piezas de mala calidad.

Cómo cambiar sensor de temperatura

Por lo general, estas piezas no se reparan y deben ser sustituidas por defectos aparentes. Es un cambio fácil de llevar a cabo por uno mismo. Para hacerlo, primero se debe desconectar la batería del extremo negativo para así acceder al punto de montaje del sensor. Probablemente, antes habrá que desmontar el filtro de aire. A continuación, la regleta de bornes debe ser desconectada del sensor averiado y desatornillada. Después de eso, sólo hay que sustituir la pieza defectuosa por una nueva, conectar los cables e instalar las piezas que hemos quitado en sus lugares.