La bombilla incandescente básica de los faros delanteros sirven para iluminar la carretera delante del automóvil. De esta forma, la conducción en la oscuridad resulta cómoda y segura.

5 consejos sobre cómo utilizarlo y sustituirlo

1. Hay que tener en cuenta que la vida útil del producto se encuentra indicada por el fabricante en el embalaje del mismo. Por ejemplo, puede ser de 300 o 400 horas; no obstante, la sustitución debe llevarse a cabo según se necesite.
2. Recuerde que no siempre la bombilla incandescente de los faros es la responsable de la ausencia de luz en los faros delanteros. Por ello, también es recomendable comprobar los contactos y el fusible para ver si presentan una avería.
3. Solo se deben instalar piezas de repuesto recomendadas por el fabricante. La forma y el tamaño del portalámparas debe corresponderse dichos parámetros del asiento de montaje de la carcasa del faro. De lo contrario, durante el movimiento del coche, esta pieza del vehículo podría moverse y la dirección del haz de luz cambiar.
4. Cuando haya sustituido el componente, debe comprobar la estanqueidad de la carcasa donde va la bombilla, de no ser así, podría producirse la entrada de humedad y suciedad.
5. No se deben instalar bombillas con una potencia mucho mayor que la que poseen las bombillas que tiene instalado el vehículo de fábrica. Esto aumentaría la carga sobre el alternador, provocando el sobrecalentamiento de las bombillas, lo que conduce a que el reflector y los contactos sufran daños térmicos.

Fallos en el funcionamiento de las bombillas incandescentes de los faros delanteros, síntomas y causas

• Bombilla fundida. Este suele ser un resultado natural del uso diario de los faros durante largo tiempo. Si se produce un fallo prematuro, podría deberse sobrecarga de energía en el sistema eléctrico del automóvil. Una bombilla fundida no emite nada de luz.
• Rotura. Suele ocurrir esto como resultado de un accidente de tráfico o por cambios de temperatura. Esto último sucede normalmente por la falta de estanqueidad de la carcasa de la bombilla, lo que acaba permitiendo que gotas de agua fría procedentes de la carretera lleguen al vidrio caliente del faro. Las grietas o mellas en la superficie del faro se pueden observar durante una revisión.