Recambios básicos según el kilometraje de tu vehículo
Para garantizar la durabilidad y el correcto funcionamiento de los automóviles, es imprescindible que nos mantengamos pendientes del estado y deterioro de las piezas según el kilometraje de nuestro vehículo. Un reemplazo de piezas a tiempo se traduce en un ahorro considerable en nuestros bolsillos. Si bien es cierto que cada manual de vehículo dictamina cuándo deben ser reemplazadas las piezas, también se deben de tener en cuenta el uso de las mismas y para ello es imprescindible llevar al día las revisiones y chequeos periódicos de nuestro vehículo.
Hoy os contamos aquellos básicos que, estando controlados, mantendrán los vehículos a punto y siempre en buen estado evitando así graves daños:
El filtro de aceite
El filtro de aceite mantiene el circuito de lubricación protegido de impurezas. Se trata de un elemento indispensable para el buen funcionamiento del motor, pues lo mantiene a salvo y le proporciona una mayor durabilidad. Es aconsejable cambiar el filtro de aceite cada 5.000 kilómetros.
El filtro de combustible
Esta pieza evita que las impurezas del combustible lleguen al motor en los vehículos de gasolina y elimina la humedad y evita la corrosión de los elementos metálicos del motor en caso de vehículos diésel. Revisar que no está obstruido evitará graves averías en los inyectores, en la bomba de alta presión o en cualquiera de los elementos del sistema de inyección. Aconsejamos cambiarlo cada 10.000 kilómetros.
Las zapatas de frenos
Los frenos son un indispensable en los coches cumpliendo con una función vital para el conductor. Llevar un mantenimiento adecuado teniendo en cuenta su desgaste es imprescindible, pero ¿sabes qué factores influyen en el desgaste de los frenos?
Factores que influyen en el desgaste de los frenos
La dureza. Existe diversidad de zapatas de freno para que se adapten a las diferentes necesidades de conducción, pero a pesar de ser más resistentes que las pastillas, si los frenos producen mucho calor las zapatas de freno pueden reducir su rendimiento de frenado con el tiempo.
El entorno. Acelerar y frenar en la ciudad genera que se produzca un mayor desgaste de las zapatas de freno que en conducción por carretera, donde frenamos con menor frecuencia. Las áreas montañosas también influyen en su desgaste, pues se requiere mayor frenado para controlar descensos.
Los hábitos de conducción. Detenernos de manera suave en un semáforo, por ejemplo, o frenar más en seco también influye en el desgaste, pues una mayor presión de los frenos generará mayor desgaste.
Generalmente, las zapatas de freno deberían reemplazarse entre los 20.000 y los 40.000 kilómetros, dependiendo, claro está, de los factores que hemos mencionado.
El embrague
El embrague es el que se encarga de transmitir la potencia del motor a la caja de cambios haciendo posible el cambio manual de marchas. Los vehículos que circulan habitualmente por ciudad, donde se frena y acelera y se realizan más paradas, tienen más posibilidades de desgastar el embrague.
Hacernos una idea de si el embrague está desgastado es fácil; solamente tenemos que notar si éste rasca al meter una marcha, o si al adelantar o en una cuesta aceleramos, el motor revoluciona, pero no aumenta de velocidad, por ejemplo.
El kilometraje en el que cambiar el embrague es meramente orientativo, pues siempre dependerá del uso que le demos al vehículo, pero gira entorno a los 150.000 km.
Las bujías
La función de las bujías no es otra que la de producir la explosión de la mezcla de gasolina y aire en el interior de las cámaras de combustión para el encendido del vehículo. A pesar de su fiabilidad, se encuentran sometidas a un uso y desgaste constante, por lo que deben de controlarse para evitar un mal funcionamiento del vehículo. La recomendación del cambio de bujías oscila según fabricante, pero por lo general, deberían revisarse cada 30.000 kilómetros.
La correa de distribución
Echando un vistazo a la correa de distribución, podremos evitar encontrarnos con su rotura, avería que no es nada barata de reparar. La función de la correa de distribución es la de coordinar el movimiento cigüeñal con el árbol de levas. Con un simple vistazo, podremos advertir grietas, cuarteamientos, dientes desgastados… que nos indiquen que nuestra correa de distribución se encuentra en mal estado.
Consejo: si circulamos de forma habitual por zonas urbanas, la durabilidad de la correa de distribución se verá mermada en hasta un 25%, por tanto, si el fabricante recomienda su cambio cada 100.000 km, deberemos hacerlo mucho antes de llegar a cumplirlos.
El nivel de refrigerante
Los líquidos refrigerantes se encargan de absorber el calor del motor evitando así su sobrecalentamiento. Además, también ayuda a evitar la oxidación del sistema de refrigeración. Recomendamos inspeccionarlo cada 20.000 km.
Estos son los básicos que debemos tener en cuenta para evitar costosas reparaciones en nuestros vehículos. El uso de repuestos reacondicionados es una práctica que favorece a la preservación del medioambiente, por ello adquirir recambios que han pasado unos rigurosos exámenes de calidad garantizarán la misma calidad de una pieza nueva a un menor coste y una reparación rápida sin emisiones por transporte.