Las válvulas de escape son los sistemas de liberación de presión que están dentro de los motores turbo. Una de estas válvulas es la llamada válvula de escape, que libera los canales de suministro de gas quemado después del ciclo de expansión. Esto se hace con el fin de aliviar la acumulación de la presión interna. Para soportar las altas temperaturas o la corrosión causadas por los gases de escape, generalmente, en la mayoría de los casos la válvula de escape está llena con sodio líquido. El calor pasa a la empuñadura con la ayuda del sodio y las vibraciones.

Casi todos los motores de 4 tiempos tiene un motor de pistón. En los motores de dos tiempos no se utilizan las válvulas sino los pistones y los carretes giratorios, y exclusivamente en el motor de pistones rotativos para la distribución del gas. Una excepción son los motores diesel de 2 tiempos, que disponen de válvula de escape de mando. Las válvulas se abren por los árboles cigüeñal, que son puestos en movimiento por los ejes de levas. Ellas están cerradas con la ayuda de la neumática, por la propia mecánica o los resortes en hélice. Los motores diferencian por la posición de los ejes de levas y las válvulas. Por ejemplo, los así llamados motores IOE(Inlet Over Exhaust, un motor con posición mezclada de las válvulas) utilizan las válvulas instaladas sólo como de escape.

Otros tipos utilizan motores SV «Side Valves» (motores con válvulas laterales). En el motor OHV «Over Head Valves» las válvulas están colgadas en la culata del cilindro. El tipo más común es el motor OHC«Over Head Camshaft» (motor con un solo árbol de levas y válvulas en la cabeza). En tal caso, los árboles de levas están situados sobre la superficie del conector y la cámara de combustión entre el bloque de cilindros y la cabeza. Si necesita la válvula de escape para una marca de coches determinada, por ejemplo Ford, entonces la puede encontrar fácilmente en nuestra gama de piezas por el número de fabricante, especificado en los valores del coche, o también por las válvulas de admisión, las válvulas de expansión o boquillas.

Cómo detectar fallos en el funcionamiento de la válvula de escape

En primer lugar, inspeccionamos la válvula visualmente y evaluamos su estado. Comprobamos si el componente se encuentra en buen estado y si el tamaño de la base de la válvula  es suficiente. Idealmente, el ancho de ésta debe ser de 1.15 a 1.5 mm. Después de eso, medimos la holgura existente entre el componente y el pistón. Para hacer esto, tiramos del pistón tanto como nos sea posible. El espacio óptimo es de 2,5 mm. Si el resultado de la medición es menor que este valor, la válvula podría chocar contra el pistón, lo cual destruiría inmediatamente la válvula.

Además, es necesario verificar en qué medida el componente está sucio. Si el componente tiene un depósito de carbono considerable, o residuos de la combustión y aceite descompuesto, debemos limpiarlo. Para su limpieza, utilizaremos composiciones que contengan alcohol.

Podemos saber si la válvula de escape necesita diagnóstico por los síntomas que se detallan a continuación:

• la presión de los gases de escape ha incrementado;
• la mezcla de combustible se incendia de manera espontánea en los cilindros del motor;
• ha incrementado el consumo de combustible ;
• Se enciende la luz del motor en el tablero de instrumentos;
• el motor se sobrecarga rápidamente;
• hay demasiada humedad condensada en el motor;
• se percibe el olor de los gases de escape en el habitáculo de pasajeros.

Razones de los fallos de funcionamiento de la válvula de escape

Las válvulas de escape están diseñadas para funcionar en ambientes agresivos: están constantemente expuestas a una alta presión, a productos químicos y a temperaturas extremas, que en ocasiones superan los 650°C. Por lo tanto, su fabricación requiere unos materiales especialmente fuertes y una minuciosa supervisión de los procesos tecnológicos. Incluso el más mínimo fallo durante el proceso de fabricación reducirá significativamente la vida útil de este componente. Hoy en día, los defectos de fábrica son las razones más frecuentes de los fallos de la válvula de escape.

En muchos casos, el fallo de las válvulas está provocado por un sobrecalentamiento sistemático. Puede estar provocado por varias razones, incluyendo el empleo de combustibles de baja calidad. El combustible bajo octanaje provoca detonaciones durante la combustión. Esto se traduce en un aumento brusco de la temperatura y en el desgaste prematuro de las piezas. Unas consecuencias similares pueden estar provocadas por un fallo de funcionamiento en el sistema de suministro de combustible, lo que dificulta el proceso de mezclado del mismo. La exposición constante a una temperatura extremadamente alta puede dar como resultado la deformación del vástago de la válvula y el componente se puede atascar.

Un ajuste incorrecto del espacio entre las válvulas, un asiento incompleto de la cabeza de la válvula, la acumulación de carbono en las superficies de contacto, el desgaste de los elementos y su suciedad, además de un muelle de retorno flojo reduce significativamente la eficiencia de los procesos de intercambio de calor. Como resultado, la cabeza de la válvula expuesta a un sobrecalentamiento constante se quema, la rigidez del cilindro se pierde y el correcto funcionamiento del motor falla.

Reparación y sustitución de la válvula de escape

La reparación no puede eliminar los daños que hayan sufrido los componentes.  A pesar del hecho de que la válvula está fabricada con una aleación de metal muy resistente, si la válvula se derrite o se deforma, deberá ser sustituida.

Para instalar una nueva, hay que quitar la cabeza del cilindro. Por lo tanto, para su sustitución deberemos acudir a un taller de servicio.

Después de cambiar la válvula, deberá ser colocada en la cabeza del cilindro. Se emplea un compuesto especial para este propósito.

Para montar correctamente el motor, se recomienda marcar sus elementos durante el proceso de desmontaje. Después de que el motor esté instalado, se deberá realizar una prueba de conducción a  una velocidad media del motor.